13.11.08

Miedo en Wasinton




Miedo es la palabra. Cuanto más alto has llegado en la pirámide de este sistema artificial basado en los piquitos de oro, en la política de casa de muñecas, en la utilización de los recursos públicos de Monopoly y la especulación al estilo Terra (un recuerdo para los miles de inversores estafados de aquel pufo), mayor es el miedo ahora. Y hay razones más que justificadas para el temblor de mandíbulas. El último ejemplo: el Tesoro de EEUU que vendió su plan con tanta seguridad al Senado, acaba de rectificarse a sí mismo porque afirma que la cosa no funciona. Dijo que había que comprar activos líquidos y ahora prefiere capitalizar los bancos. Rectificación en toda regla en un par de meses. Es decir, no tienen ni puta idea de qué hacer con esta crisis. Quieren intervenir pero sin pasarse, entrar en el accionariado pero sin que se note, quieren rescatar todo tipo de sectores, pero no llega el dinero y la deuda de los estados ya es de risa. Acabarán dándole a la máquina de hacer dinero de sol a sol hasta que utilicemos los billetes para quitarles los mocos a los niños. Miedo porque nadie sabe hacer un diagnóstico claro. Miedo porque no saben qué ocurre en realidad. Miedo porque no saben qué medidas tomar, ya que los acontecimientos les pasan por encima antes de asimilarlos. ¡A los botes! Cuando uno se acerca al térmometro de la Bolsa, a sus foros, a las decisiones intradía de compra-venta, en donde me he movido durante años, uno percibe el desconcierto, el descontrol. Sube y baja sin saber hasta cuándo, ni por qué. Los cuidadores no son capaces de mantener el orden en su valor. Lo que llaman economía real se ha detenido en seco. Y la financiera y bursátil se descapitaliza ante el pasmo de directivos. Nadie tiene una referencia clara. No hay criterios fiables. La economía es un invento humano y funciona como nosotros, padece las crisis que padecemos, y si no tenemos capacidad de regeneración, ella tampoco. Cuando perdemos los referentes, la economía también. Cuando nos dejamos dirigir por ideologías de circo, los enanos acaban no haciendo gracia. Cuando dejamos a lo más inútil y corrupto de la sociedad dirigir los países, la economía se estrella. Cuando nos entretenemos aliando civilizaciones, la economía exige que se le preste atención o se resiente. Cuando cambiamos las creencias por mitos, la economía se frivoliza. Cuando la gente no participa de la realidad, la economía se hace irreal.


En este lado de la Galaxia, Ignacio tiene las cosas claras.

3 comentarios:

Ignacio dijo...

Gracias por la consideración, pero yo sólo se las preguntas, no las respuestas.

Luis Amézaga dijo...

Bush, el saliente, suelta unas cuantas frases bien construidas y el índice norteamericano se da la vuelta y sube más de un 6%. Son como huérfanos necesitados de una palmada en la espalda. Los ojos de los inversores se llenan de lágrimas en cuanto escuchan que un líder político parece saber de lo que habla. Así están de mal las cosas.

o s a k a dijo...

todo pasa

lo malo es que NOS PASA a nosotros

estoy con vosotros: mendigamos palabras de consuelo de unos líderes que no pueden darlas

n a c o
federalreserve